domingo, 4 de noviembre de 2012

EL PALACETE DE LOS MALOS ESPÍRITUS

El hostal de los malos espíritus

 

Cerca de Sol hay un edificio que nadie quiere por los sucesos paranormales que allí presencian sus propietarios y huéspedes. Ahora está en venta por 6.380.000 euros

 


Se queda corto este texto para narrar todas las vivencias paranormales que han padecido buena parte de los huéspedes del palacio y ahora hostal del edificio de 1803 ubicado en el 6 de la calle Cañizares. Se encuentra entre Antón Martín y Tirso de Molina, a diez minutos de la Puerta del Sol. Sus propietarios actuales, una grupo de empresarios catalanes lo pusieron en venta hace unas semanas después de que haya funcionado como hostal durante casi diez años: «Hostel Cat’s». 

 

Dice su comercializadora, Bonsai Servicios Inmobiliarios, que no les va mal ni es por deshacerse de los malos espíritus. «Quieren invertir en otro lugar». Pero lo que confirma Carlos Portal, encargado de este inmueble y socio de Bonsai, es que muchos turistas que han pasado por el «Cat’s» han sufrido experiencias fantasmagóricas durante su estancia. «Desde una mujer que se aparecía en camisón por el pasillo a una chica que sentía que alguien le tocaba, ruidos, teléfonos que sonaban solos, apariciones,... Lo más impactante que he escuchado fue de unos clientes que hicieron una foto y salía reflejado en una ventana una mujer con dos niños ahorcados. Claro, no hay constancia de esa imagen».

 

Demasiadas coincidencias

Carlos Portal se declara escéptico, pero la curiosidad le ha llevado a investigar los orígenes de este edificio. Antes de que se erigiera el actual hubo otro bloque, derruido tras un incendio, también que en el edificio colindante había una iglesia donde mataron a siete monjes y que el inmueble se utilizó como refugio para milicianos en la Guerra Civil Española.
Portal considera que son «muchos los que han padecido estos sucesos durante años sin que hubiera una conexión entre ellos». Y dice eso porque Carlos fue quien vendió la propiedad a los periodistas José Antonio Abellán y su esposa Mara Colás en 2001. En tres meses la dieron boleto. «Nos hacía una ilusión tremenda vivir ahí. Yo no vi nada; apenas pasaba tiempo allí, pero Mara se ponía mala cada vez que entraba. Pasaban cosas. Ella, los obreros y la gente que iba salían atemorizados», relata Abellán.

Sucesos atemorizantes

Se crea o no, los hechos que cuenta Colás ponen la piel de gallina, y eso que no llegaron a vivir allí. Todo ocurrió mientras acometían obras de reforma: «Cuando entraba se me ponía dolor de cabeza, salía cansada, algo me chupaba la energía. Amis hijas, igual». Antes había un ascensor de madera que bajaba y subía solo, una vivencia sufrida por diferentes testigos en la casa. El primer incidente extraño ocurrió con una verja de hierro que Mara cerraba todos los días y se encontraba abierta al día siguiente. Le cambió el bombín para solo ella tener las llaves y el episodio se repetía. «De lo más sorprendente fue un día que el ascensor iba subiendo a la velocidad que yo lo hacía por la escalinata. Como si me siguiera», cuenta. En otra ocasión se apagó la luz y encontraron los casquillos de las bombillas casi desenroscados. Ruidos, pasos, objetos que cambiaban de lugar, puertas que se abrían al revés, ..., un infierno psicológico.

El infierno acaba con la venta

Cuando la familia Abellán lo compró, los anteriores dueños, los Benedicto, no les querían enseñar una parte de la casa. «Siempre ponían excusas. Cuando nos hicimos con el inmueble vimos que esa zona tenía una parte acorazada. Había una capilla donde encontramos un cuchillo lleno de sangre. Desde que entré en esa casa sentí malas vibraciones, como si alguien hubiera muerto allí», detalla la periodista.
Afirma que nunca ha creído en espíritus ni ha sufrido este tipo de experiencias antes y después de Cañizares. Todo acabó cuando vendieron el palacio a un francés, que también le dio salida a los meses por el mismo motivo. Después lo adquirió «Hostel Cat’s». Ahora piden por él 6.380.000 euros. El que lo adquiera ya sabe que incluye inquilinos.

 

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